¿Qué se necesita para lavar la cabeza de un paciente postrado?
No siempre podremos usar una batea con agujero para colocar bajo la cabeza. En pacientes ancianos, las articulaciones rígidas y las contracturas pueden hacer que el lavado de cabeza sea un momento doloroso y traumático si no se realiza con cuidado.Por eso, muchas veces basta con inclinar suavemente la cabecita hacia atrás sobre una solera impermeable que termine en un balde, aplicar shampoo con masajes delicados, enjuagar con agua tibia, y listo.
Elementos necesarios:
- Solera impermeable (o una bolsa plástica grande).
- Balde o recipiente mediano.
- Shampoo suave.
- Jarra plástica ligera.
- Toalla suave.
- Agua tibia.
- Cariño y paciencia.
En adultos mayores postrados observamos atrofia de la musculatura de la columna, el tórax, y las extremidades. Muchos apenas pueden movilizar sus brazos debido a hombros congelados o a lesiones causadas por la inmovilización prolongada.
Además, la rigidez y deformación de la columna cervical dificultan la colocación adecuada de una batea tradicional. Forzar estas posiciones podría causar más daño que beneficio.
Por ello, un método más práctico y humano consiste en usar una solera impermeable sobre las sábanas, dirigiendo el agua hacia un balde al pie de la cama. Así se evita la manipulación excesiva del cuello y se brinda mayor confort al paciente.
Paso a paso para lavar la cabeza de un paciente en cama
Prepare el espacio: Extienda una solera impermeable que finalice en un balde para recoger el agua.Asegure la comodidad del paciente: Ajuste la temperatura ambiente y garantice la privacidad. Incline suavemente la cabeza del paciente hacia abajo, sin forzar el cuello.
Aplicación del shampoo: Vierta agua tibia sobre el cuero cabelludo con una jarra ligera, aplique el shampoo con movimientos suaves y masajee el cráneo.
Enjuague: Enjuague cuidadosamente retirando todo el shampoo, evitando mojar las sábanas o la cama.
Secado y cuidado final: Seque el cabello con una toalla suave, acaricie la cabeza con ternura, y brinde palabras de cariño.
El amor, el ingrediente que nunca debe faltar
Nada resulta más enternecedor que ver a nuestro ser querido relajado, aliviado y con la cabecita fresca y limpia. A veces, unas lágrimas silenciosas hablan del gran alivio que sienten, cuando ya no pueden decir: "¡Me arde, me pica, me duele, por favor!".Unos masajitos, unas palabras amables y una atención amorosa marcan una diferencia enorme en su calidad de vida.
Recordemos siempre: lo único que nunca debemos privar a un paciente postrado es del amor.